El Premio Nobel de Medicina 1997, Stanley Prusiner, declaró no estar convencido de que exista un tipo de conexión entre la encefalopatía espongiforme bovina (EEB) y la nueva variante de la enfermedad en humanos Creutzfeld Jacobs (ECJ), que ha causado en el Reino Unido 25 muertes, según señalaron fuentes de la Comisión creada por el gobierno británico para estudiar la evolución del mencionado mal.

El profesor Prusiner manifestó a la comisión que en su opinión, "los estudios realizados son interesantes, pero que no está de acuerdo con que cierren el ciclo de cómo se ha producido la enfermedad".

La posible conexión entre estas dos afecciones y su posible transmisión a los humanos, a través del consumo de carne vacuna infectada, motivó el sacrificio de todas las reses de más de 30 meses, medida que se espera tenga un costo de 3.400 millones de libras, es decir 5.542 millones de dólares.

 

                                                       

   

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