QUÉ ES LA PARÁLISIS FACIAL PERIFERICA
(PARÁLISIS DE BELL)
Uno
de los desórdenes más comunes en Neurología es la Parálisis Facial Periférica
"a Frigore", también conocida como Parálisis de Bell, pues fue descripta
por éste en el año 1821. El autor la describió de esta manera:
"Los casos de esta parálisis parcial deben resultar
familiares a todo médico. Es muy frecuente que los jóvenes padezcan lo que vulgarmente
se conoce como "aire", y que no es otra cosa que una ligera parálisis
de los músculos de un lado de la cara, y que el médico sabe que no se trata
de nada temible. La inflamación de las glándulas situadas detrás del ángulo
de la mandíbula a veces produce este trastorno. El paciente tiene dominio sobre
los músculos de la cara, puede cerrar los labios, y los rasgos faciales están
debidamente equilibrados, pero la sonrisa más ligera conlleva distorsión, y
en la risa y en el llanto la parálisis se hace muy evidente"
Esta
enfermedad es una afección frecuente, consiste en una parálisis aguda del nervio
Facial (VII par), precedida generalmente por un dolor de tipo neurálgico a nivel
del oído y en la zona periauricular ipsilateral a la lesión, el día en que dicho
trastorno se instala. Si no es así, la parálisis es completamente indolora,
aunque la hemicara es descripta como "acartonada" o "dormida".
Es importante investigar que no exista ningún trastorno sensitivo, pues esto
es completamente incompatible con el diagnóstico. La paresia es, por lo general,
completa al instalarse.
La
causa de la Parálisis Facial, es aún motivo de disputa, y por lo tanto su etiología
es desconocida. Se reconoce que durante la fase aguda de la enfermedad hay un
edema importante del nervio y congestión venosa en el conducto facial (acueducto
de Falopio). Se observan algunas hemorragias microscópicas, pero escasa reacción
inflamatoria.
En
enfermos con parálisis de Bell se han encontrado linfocitos que responden específicamente
a la proteína básica de la Mielina humana periférica. Reviste importancia la
predisposición genética, si bien los pacientes tienen una historia previa de
infección de las vías respiratorias altas (Gripe) o exposición al frío.
Las
manifestaciones clínicas a menudo comienzan con un dolor en el oído o en el
área circundante, así la parálisis evoluciona y alcanza la plena extensión en
unas pocas horas. Lo característico es que la parálisis afecte la musculatura
de la región frontal, la mejilla y la región perioral. La secreción lagrimal
está trastornada en la mayoría de los pacientes. El dolor desaparece usualmente
con rapidez, y la recuperación comienza dentro de un período de un par de semanas
y alcanza el máximo en tres meses. Cuando la denervación es completa el inicio
de la recuperación se retrasa unos dos meses y alcanza su máximo a los 6 meses.
En un 20% de los casos la evolución se ve complicada por secuelas: persistencia
del déficit que expone a lesiones corneales, hemiespasmo facial postparalítico,
caracterizado por una mezcla de paresia persistente, de contractura que tiende
durante el reposo a borrar la asimetría facial o aún invertirla, y por contracciones
sincinéticas anormales que ocurren durante la movilización de la cara, y que
se atribuye a "errores" de dirección durante la remielinización de
las fibras nerviosas, así se puede apreciar que, cuando el paciente intenta
esbozar una sonrisa, se produce lagrimeo "fenómeno de lágrimas de cocodrilo".
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